miércoles, 10 de octubre de 2007

Parecía que iba a ser un monótono día..

Hoy me he levantado a las siete, como cada martes, como cada martes he desayunado y como cada martes he llegado a la parada del autobús, pero como no cada martes.... lo he perdido (vaya :S). Cuando llegaba a la parada para coger el de las ocho, el maldito autobús estaba ya 20 metros de la parada y no marcha atrás precisamente.

El siguiente ha llegado cosa de diez o quince minutos después, “voy a llegar tarrrrdeeerr....” pensaba, no sé si tendré algún tipo de facultad predictiva, por la hora de subida al bus o por la pedazo de cola, pero ¡se ha cumplido! lo sé.. no es divertido.

He llegado a las nueve y veinte, con ese retraso lo único que haría es entorpecer el hilo de la clase, de modo que he preferido a la siguiente hora de la clase, así de paso también me hacía un café, que buena falta me hacía, he dormido mal esta noche y cabeceaba mogollón en el bus.

Esta vez la clase no era sobre ningún tipo de inclinación o situación de carácter sexual (las últimas habían sido sobre los transexuales y los homosexuales). Era sobre las fobias (se había tratado este tema con anterioridad), por lo visto en la clase anterior habían oído y apuntado en el libro las fobias de unas personas que salían en una tabla, una tenía miedo a la nieve, otra al pelo (te cagas), otra a abrir los ojos (era ciega, se puede entender), otro a los pollos (te recagas) y otra a enfadarse (te re-que-te-ca-gas). No sé cómo es la gente en Irlanda (o en Inglaterra), pero yo haría más por subir la tasa de psiquiatras por cada 10 personas, porque vamos... todos conmigo, el dedo derecho apuntando a la sien derecha y, mientras hacéis movimientos circulares hacia delante, decid todos juntos “tururururururu”.

Se suponía que íbamos a ir algunos el Phoenix Park, el que comenté donde vive el Primer Ministro de Irlanda, el que es tan grande (el parque, no el ministro), sí ese... pero resulta que se suponía que tenía una clase hasta las 15:20 y claro, pillar el bus, llegar y todo se pierde cosa de entre media hora y tres cuartos, y el parque cierra a las cinco (todo menos los bares cierra a las cinco, malditosss...). He puesto que se suponía porque resulta que cambian los horarios cada semana a algunos alumnos, resulta que el cambio que me hicieron a mí era que justamente esa clase no la tenía.

Entonces el dilema estaba entre ir al Phoenix Park o ver a la familia y a mi Aza por Internet, al final han ganado los míos. Mientras chateaba con mi gente y con otros amigos a la vez, rodeado de los de siempre, francesas, franceses, un italiano y los latinoamericanos tirándole a las francesas.

A mitad de conversación, cuando ya pensaba que iba a ser un día normal y corriente, monótono por no ir a ningún sitio en especial... cuando decía “bueno, ya de aquí voy a casa y ya ha pasado el día ni nada raro...” oigo de repente un “¡¡¡¡¡dingdingdingdingding!!!!!!!” sin parar, yo me decía “que raro, no me suena para nada que en la banda sonora de la princesa Mononoke suene una campana”, cuando alzo la vista veo a la gente mirándose alarmada “mira, parece que oigan la canción que oigo, ¿tendré muy alta la voz?”, bajo la voz y el “dingdingding” seguía sonando. De repente aparece una de las recepcionistas con un chaleco de esos de los coches, amarillo fosforito y diciendo que es la alarma de incendio y que hay que salir por piernas. Sólo me da tiempo a decir a mis padres “alarma de incendio!” y bajo la tapa del ordenador. El dilema estaba en “¿me lo pillo y lo meto en la bolsa mientras está encendido y me arriesgo a rayar el disco duro por una tontería de simulacro o dejo la tapa bajada y cuando vuelva a ver si sigue aquí el ordenador y el mp4?¿y si es realmente un incendio?”, en fin lo que hago al final es, simplemente, salir el último de la habitación, ya que la recepcionista no dejaría a nadie entrar ahí dentro, ya que lo que querían era que saliese la gente, cuando estén todos fuera se supone que no hay nadie dentro, ¿no?

Pues nada, mientras el jefe del lugar, luciendo un bonito chaleco amarillo fosforito con una raya blanca refractante, a juego con el de la recepcionista de antes y otra profesora, nos está diciendo que nos hemos retrasado y blablabla, yo mientras estoy mirando desde la lejanía por la ventana a la puerta donde está mi pequeñín, que como vea a alguno entrar me lo como. Mientras habla y da el sermón, que si 2 minutos de retraso supondrían X vidas y blablabla, vemos que llega una chica que no sabe nada del asunto y empieza a subir la escalera de entrada, ya me veis gritando (bueno, no gritaba, pero lo que estaban a mi alrededor me oyeron) “noo!! you will die!! you will die burnedd!!” amos un “nooo!!! vas a morir!! vas a morir quemada!!!”. En fin, tras la tonnntería de simulacro, vuelvo a mi lugar y sigo con mi gente.

Tras un rato, digo que voy a cortar, quería ver la biblioteca nacional, a ver qué tal era, si tenía muchos libros y sobre todo de informática.

Voy camino para la biblio y veo un montón de palomas comiendo en la carretera amontonás, no pude evitar tirarles una foto...

En fin, llego, “oh! vaya solo tengo media hora!” entro y veo que para subir había que dejar algo que ahora no recuerdo, así que lo que he hecho ha sido tomar otra ruta dentro del edificio, a ver... ¿cafetería? no, ¿aseos? mmmmmm no de momento, ¿exposición? uhm! bacineemos pues.. era sobre temas literarios (que raro en una biblioteca ¿verdad?), habían copias de cartas escritas por gente importante (en el mundo de la literatura) y objetos de escritores, había incluso un shirayasa (la katana que cerrada parece un palo). Una cosa que me ha sorprendido ha sido el utilizar unas pantallas táctiles para poder ver el contenido de manuscritos de esta gente, pasabas las páginas o bien dándole a un botón de una flecha, o arrastrando la página con el dedo, también se podía escuchar una descripción y ver el texto de ésta, aparte de poder hacer zoom, grabé un vídeo y todo.

Nada, y hoy para cenar fish & chips, vamos pejcao rebozao y patatas fritas, con un poco de menestra. Bastante bueno..

Mañana iré a ver lo de poder conseguir sitio para dormir en Galway, para ver los acantilados de Moher y la isla de Aran (gracias padres :) ), aunque no sé cómo está la cosa, es difícil pillar para dormir barato...

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